ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN DEL ALCOHOLISMO
Las estrategias más reconocidas son:
a) Estrategias Informativas: La información constituye un eslabón más en la educación preventiva del uso de drogas. Pero para que la información influya en un comportamiento debe englobarse en un proceso activo de aprendizaje, en el marco de un programa integral de prevención.
Las medidas en esta área serían:
-Promoción de campañas de información y sensibilización orientadas a poblaciones juveniles de riesgo en los espacios y horarios de diversión.
-Tratamiento adecuado de la imagen que se ofrece de los jóvenes en las campañas, siendo conscientes de que una imagen de éstos es más eficaz que la utilización de mensajes negativos o moralizantes.
-Asumir que los medios de comunicación son también un ámbito para la educación, aunque por el momento no estén desarrolladas todas sus posibilidades.
-Adecuada formación de los profesionales de los medios de comunicación.
b) Estrategias Formativas: Se trata de una forma de intervención que se centra en la formación integral del individuo con la intención de lograr que éste, por decisión y control propio, prescinda libremente del uso de drogas (aumento del autoconocimiento, clarificación de valores y asunción de responsabilidades).
c) Generación de alternativas: Normalmente el consumo de drogas cumple una determinada función para el individuo. Las alternativas sugeridas también debían ser numerosas y diversas, abarcando el ámbito de lo físico, lo sensorial, lo emocional, lo evolutivo, lo intelectual, lo social, etc. Estas alternativas, es aconsejable, que se centren en la identificación y generación de recursos propios frente ala oferta externa.
Se caracterizan porque la población diana suelen ser jóvenes entre 14 y 30 años que salen durante la noche los fines de semana, actividades atractivas adecuadas a los destinatarios y preventivos que doten a los jóvenes de competencias y limiten la disponibilidad de alcohol y otras drogas, parten de los recursos existentes en la comunidad.
d) Reducción de Daños y Riesgos: Medidas dirigidas a minimizar los efectos relacionados con el consumo de drogas.
Algunas de las actuaciones de este tipo promovidas en nuestro país:
-Ofrecer medidas de formación al sector de la hostelería, para que sepan actuar ante situaciones de riesgo en sus establecimientos y evitar el consumo de los menores.
-Detectar y tratar precozmente los problemas relacionados con el alcohol.
-Disuadir a los jóvenes de conducir vehículos bajo los efectos del alcohol, fomentando el uso de transporte alternativo.
LOS PROGRAMAS DE PREVENCIÓN
Con la aprobación por la Comisión Interautonómica del Plan Nacional sobre Drogas de los «Criterios básicos de intervención de los programas de prevención», se han venido concretando una serie de estudios, documentos y medidas importantes para el impulso y la ordenación de la prevención en España entre los que podríamos destacar:
- Las investigaciones sobre las bases teóricas que sustentan los programas y sobre la evidencia científica en prevención (trabajos del profesor Becoña).
- La creación de instrumentos de registros nacionales y autonómicos, promovida por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas con la colaboración de los Planes Autonómicos sobre Drogas.
- La evaluación de programas, planteada en algún caso, como el programa «Construyendo Salud», con una perspectiva longitudinal.
- La configuración de bases de datos específicas de programas de prevención, como la desarrollada en España por «Idea Prevención» o en Europa por el OEDT y que se denomina EDDRA.
- El avance producido en los sistemas de información con la creación del Observatorio Español sobre Drogas en 1998.
- La experiencia sobre transferencia de buenas prácticas municipales impulsada por distintos organismos como la FEMP.
- Los numerosos proyectos de colaboración institucional como el alcanzado entre los Ministerios Sanidad, Educación e Interior para promover la educación para la salud en la escuela;
- La implicación creciente en la aplicación de programas preventivos de las organizaciones sociales más representativas del sector como Proyecto Hombre, UNAD, Cruz Roja, FAD, etc.
En síntesis, puede afirmarse que, gracias a éstos y a otros muchos esfuerzos de difícil plasmación en estas líneas, en España disponemos de una base teórica sólida que sustenta los programas de prevención, de un conocimiento muy actualizado acerca de su evidencia científica, de una variedad de programas validados y de una serie de instrumentos para la planificación, diseño y evaluación de estos programas.
Con esto, las acciones aisladas que pretenden sensibilizar o informar no constituyen un programa de prevención sobre drogas a no ser que estén estructuradas dentro de una estrategia general de intervención, que disponga como mínimo de los siguientes elementos:
- Unos objetivos generales en relación con el consumo de drogas y otras variables mediadoras: actitudes, creencias, habilidades, etc.
- La concreción del tipo de personas a las que va dirigida: Familias, jóvenes de determinada edad, población general, etc.
- Una metodología específica: tipo de actitudes que desarrolla y número de ellas, en qué forma las llevan a cabo, etc.
- Una evaluación de resultados que permita comprobar que se han cumplido, o no, los objetivos previstos en la intervención.
Partiendo de estos objetivos, somos conscientes de que una «quedaba alternativa» o la pega de carteles contra el «botellón» no son programas de prevención, más bien diríamos que son actuaciones aisladas o puntuales en el tiempo.
La mayoría de los programas preventivos desarrollados tienen como cimiento la educación y la formación de valores; y se dirigen normalmente a niños y jóvenes, con especial atención a los grupos más vulnerables de la población. Las clasificaciones de las distintas modalidades de prevención son innumerables, ya que se desenvuelven adecuándose y adaptándose al conjunto de realidades y factores que intervienen y configuran el fenómeno del consumo de drogas.
Los programas de prevención de drogodependencias, como cualquier programa social que pretenda tener unos efectos sobre las personas, convienen que sean planificadas de forma sistemática.
Las cinco fases que describen nítidamente el proceso de planificación y evaluación de los programas de prevención de drogodependencias desde una perspectiva comunitaria serían:
1. Valoración de necesidades y fortalezas o activos.
2. Identificación de recursos.
3. Selección de programas.
4. Implementación y valoración.
5. Evaluación final.
Pero la principal aportación de este modelo no son tanto las fases en sí, bastante coincidentes por otra parte con otras propuestas metodológicas suficientemente conocidas en este campo, sino la capacidad de operativizar cada una de ellas planteando objetivos muy específicos y sugiriendo estrategias concretas y recursos susceptibles de ser utilizados, desglosando ambos paso a paso.
FACTORES DE RIESGO Y PROTECCIÓN DEL CONSUMO DE DROGAS
FACTORES DE RIESGO
Prevenir significa anticiparse, actuar antes de que surja un problema para evitar su incidencia, reduciendo las consecuencias y mejorando las condiciones actuales. Para ello es necesario conocer las causas que lo origina para poder actuar sobre ellas, sino la intervención sería ineficaz.
Los factores de riesgo son aquellas características, hábitos o condiciones individuales, culturales y sociales que, interactuando en un determinado momento, menosprecian o distorsionan el peligro, por lo que incrementan las posibilidades de que una persona pueda consumir drogas. También podríamos hablar de circunstancias personales, familiares y grupales que influyen para que se produzca un comportamiento concreto. Estos factores también inciden en el aumento del número de individuos que experimentan con drogas y en la disminución de la edad de inicio.
Así, cuando un sujeto se inicia en el consumo, está influenciado por:
a) La sustancia; que tiene sentido cuando cumple una función para el sujeto.
b) El contexto cultural y social (familia, escuela, amigos, ambiente).
c) La conducta del sujeto, o sea, las respuestas a los estímulos que recibe según sus propios intereses y valores.
En el caso de un programa preventivo nos interesan más los factores de riesgo y protección que la sustancia concreta, pues estos factores no son exclusivos del problema de las drogodependencias, por lo que dificultan también enfrentarse exitosamente a los avatares de la vida.
La prevención trata de influir sobre el mayor número de factores de riesgo y de defensa, que son variables según la edad, el sexo, el contexto social, etc. Consecuentemente, el éxito de un programa preventivo estará relacionado con la capacidad para aunar esfuerzos y coordinar las acciones dirigidas a la comunidad, escuela, familia... donde podamos abarcar la mayor cantidad de factores de riesgo y protección.
Veamos con más detalle cuáles son esas características sociales, culturales, ambientales e individuales que pueden considerarse factores de riesgo:
- LOS VALORES DOMINANTES:
Los valores fundamentales como la responsabilidad, la ética, el esfuerzo o la solidaridad han sido desplazados por la competitividad, el consumismo, el placer, el prestigio... que están presentes en el estilo de vida -ligado a la «sociedad del ocio»- de muchos sectores de la población juvenil y que pueden repercutir en el inicio y el mantenimiento del consumo de drogas.
- LOS HÁBITOS SOCIALES:
En el contexto de una cultura determinada, el individuo adquiere hábitos y actitudes que ejercen su influencia en conductas de consumo: Ante cualquier malestar físico o psíquico se recurre con facilidad a fármacos para poder superarlo.
- LA DESORGANIZACIÓN SOCIAL:
Aquellas comunidades en la que no existen lazos sociales o donde hay carencias de servicios culturales, deportivos y sociales, se pueden considerar zonas de alto riesgo y, por tanto, un factor de desprotección para niños y adolescentes que necesitan fórmulas de vinculación con la sociedad.
- ACTITUDES DE SUBGRUPOS JUVENILES:
Existen actitudes, presentes en los subgrupos juveniles, que actúan como favorecedoras del consumo de todo tipo de drogas, entre ellas:
- La falta de perspectiva en un futuro mejor;
- la búsqueda de sensaciones agradables y una vida «a tope» como síntoma de frustración;
- la vivencia de lo inmediato, sin prever las consecuencias;
- la permisividad en el uso y venta de drogas legales e ilegales;
- el consumo como un hecho lúdico y de pertenencia al grupo;...
- LA PERCEPCIÓN DEL RIESGO:
Los individuos que banalizan el consumo de drogas o que creen que no tienen consecuencias negativas, las consumirán en mayor medida que aquellos que tienen una percepción del riesgo más elevada.
- EL USO DEL TIEMPO LIBRE:
La ocupación del ocio en actividades de consumo se correlaciona con el riesgo del uso
de drogas, llegando a formar parte de la realidad social de muchos adolescentes que frecuentan, sobre todo en fines de semana, bares, pubs, discotecas... como única alternativa de relación y diversión.
- LA IMAGEN EN LOS MASS MEDIA:
Los medios de comunicación refuerzan los estereotipos relacionados con las drogas ilegales (robos, sobredosis, heroína) deformando y obviando la realidad de muchos jóvenes drogodependientes.
También la masiva publicidad del alcohol y el tabaco fomenta un ocio consumista en televisión, radio, prensa y lugares de diversión de los adolescentes, recurriendo también al patrocinio de eventos deportivos y fiestas en discotecas y pubs como medio de manipulación encubierta.
- LA DISPONIBILIDAD DE DROGAS:
Cuanto mayor es la disponibilidad de sustancias mayor será su consumo, pues se facilita el acceso a los jóvenes si no hay un control o restricción legal.
- LA EDUCACIÓN FAMILIAR:
La influencia de los padres y madres es decisiva en el comportamiento de los hijos. Pero pueden darse errores educativos de riesgo y de conducta que habrá que tener en cuenta ante cualquier propuesta preventiva:
- La ausencia de normas claras que provocan confusión y no marcan límites;
- delegar la responsabilidad de la educación a parientes, maestros o educadores;
- la sobreprotección paterna/materna que no prepara al hijo/hija para la responsabilidad, la autonomía y la iniciativa;
- no aceptar al hijo/hija tal como es, con sus diferencias y características;
- la creación de sentimientos de inferioridad en el hijo/hija por falta de estímulos positivos;
- el sometimiento rígido y jerárquico del hijo/hija hacia los padres (exceso de disciplina);
- la permisividad o desentendimiento de los hijos;
- la carencia de relaciones afectivas y la posibilidad para manifestarlas (baja comunicación familiar);
- la falta de confianza y apoyo en la unidad familiar;
- ...
Las actitudes, valores, conductas y estilos de vida de los padres influyen sobre la de los hijos y, por tanto, sobre la adquisición de hábitos de consumo de drogas (padres fumadores, bebedores, ludópatas), al servir éstos como modelos de identificación para el niño o el adolescente.
- LA ESCUELA:
La escuela es un entorno eficaz para la detección de factores de riesgo, porque desde la infancia hasta la adolescencia es obligatoria la asistencia: Rendimiento académico bajo, desmotivación, inadaptación... Pero también puede ser una variable de riesgo cuando es una escuela marginante o cuando hay escaso compromiso de enseñantes y padres (lo que muestra cierto desinterés por la educación del alumno/hijo). Lo mismo cabría decir del sistema educativo, del modelo de escuela, que desembarca adolescentes que no alcanzan unos mínimos considerados «normales», abocándoles al fracaso personal, a la baja autoestima, al desempleo, a la explotación laboral...
- EL GRUPO DE IGUALES:
En la adolescencia, el grupo de iguales cumple varias funciones:
- Sirve de soporte afectivo y de protección;
- facilita la emancipación de la familia;
- es un marco para la socialización;
- se establecen normas y valores...
El inicio en el consumo de drogas se establece en el grupo de iguales, y tres son los factores de predisposición:
1. La dependencia al grupo.
2. La presión de los compañeros.
3. Los tipos de consumo del grupo.
Para el adolescente que no tome libremente sus propias decisiones, estos tres factores va a conducirle a probar las drogas si el consumo está establecido dentro del grupo, sin prever las consecuencias negativas que pueden acarrearle.
- FACTORES INDIVIDUALES:
El individuo se relaciona constantemente en un determinado medio ambiente, donde va construyendo su escala de valores, hábitos, comportamientos... Así, habrá que situarlo en su contexto y evitar justificaciones como que las características genéticas son las únicas responsables de la adicción a determinadas sustancias.
El desarrollo socio-afectivo condiciona la forma cómo el individuo se enfrenta a la vida, por lo que el fomento de la autonomía y la independencia, de la capacidad para resolver conflictos, la toma de decisiones, del control de su propio comportamiento, de la tolerancia a la frustración, de un autoconcepto positivo, de la coherencia en sus acciones, de un proyecto de vida, etc. serán claves a tener presentes en la prevención del consumo de drogas.
FACTORES DE PROTECCIÓN
La prevención de las drogodependencias son estrategias orientadas a reducir los factores de riesgo y aumentando y reforzando los factores de protección, al objeto de que un individuo esté protegido contra la adicción a unas determinadas sustancias. Esos factores de protección previenen la aparición de los factores de riesgo, evitando que las personas consuman o, en su defecto, moderen el uso de sustancias adictivas.
La prevención pasa por el cambio de actitudes, valores y toma de decisiones, con actitudes positivas hacia la salud y negativas hacia el consumo. Los valores y las actitudes, que forman parte de la personalidad del individuo, están influenciados por la familia, la educación recibida y el medio sociocultural donde se desenvuelve y, dado su peso específico, acabarán impregnando pensamientos, creencias, ideas, opiniones y formas de actuar ante determinadas situaciones o hechos -toma de decisiones-.
El joven debe aprender a elegir respuestas a los conflictos que se le presentan en la vida, a tomar libre y razonadamente sus propias decisiones. Un esquema para ayudarle a realizar esa tarea puede ser el siguiente:
1. ¿Qué ocurre, cuál es el problema?. Lo describo.
2. ¿Qué puedo hacer?. Relaciono las posibles soluciones.
3. ¿Cuál es la respuesta más acertada?. Enumero las consecuencias de cada una de ellas.
4. ¿Cuál elijo ahora?. Decido cuál es la que más me conviene.Curso a distancia toda España: MEDIADOR-A SOCIAL EN PREVENCION DEL ALCOHOLISMO |
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